Pergamino. La noticia sacudió a toda la ciudad. Raúl “El Chino” Benítez, uno de los grandes ídolos deportivos de Pergamino y querido profesor del gimnasio POWERBODY, murió este miércoles a los 57 años como consecuencia de un infarto. Su partida inesperada generó un profundo dolor en familiares, amigos, alumnos y en toda la comunidad que lo consideraba un símbolo.
Un referente en el fútbol local
Benítez fue durante décadas uno de los jugadores más destacados del fútbol de Pergamino. Su entrega dentro de la cancha, sumada al respeto y cariño que despertaba fuera de ella, lo convirtieron en un referente indiscutido. Compañeros y rivales lo recuerdan como un talento único y una persona de valores sólidos, siempre dispuesta a tender una mano.
El legado en POWERBODY
En el gimnasio POWERBODY, donde trabajaba como profesor, dejó una marca imposible de borrar. Era el encargado de las clases de los domingos, aunque su rol iba mucho más allá de lo deportivo: era motivación, guía y compañía para cada socio. Su capacidad para sacar lo mejor de las personas y su entrega total lo transformaron en el docente más querido por la comunidad del gimnasio.
Una vida de disciplina
El dolor de su partida se profundiza porque el Chino era el ejemplo mismo de la disciplina y el cuidado personal. Entrenaba a diario, cuidaba su alimentación, no consumía alcohol y mantenía un estado físico envidiable. Por eso la noticia resultó tan inesperada y difícil de asimilar: nadie imaginaba que alguien con su estilo de vida se iría tan repentinamente.
El afecto de una ciudad
Benítez no era solo un deportista o un profesor. Era, sobre todo, un amigo incondicional. Vecinos y allegados lo describen como una persona generosa, siempre lista para escuchar, aconsejar o simplemente acompañar. Su esencia fue dar, y por eso su ausencia golpea tan fuerte en Pergamino.
El último adiós
Sus hijos, Joaquín y Tomás, reciben hoy el abrazo colectivo de una comunidad que los acompaña en este momento tan doloroso. El gimnasio POWERBODY, que abre los 365 días del año, cerrará sus puertas el jueves en su honor, como muestra de respeto hacia quien dejó una huella imposible de reemplazar.
Raúl “El Chino” Benítez se fue demasiado pronto, pero queda su legado: la pasión por el deporte, la disciplina, la amistad y el cariño que supo sembrar en cada rincón de Pergamino.