BUENOS AIRES – El Gobierno enfrenta una encrucijada en el frente cambiario y financiero. Con vencimientos por más de USD 7.000 millones hasta enero, el equipo económico reconoció que intervendrá de manera directa en el mercado del dólar, vendiendo reservas para contener la presión sobre la divisa. La decisión encendió alarmas en la City y en Wall Street.
El riesgo país se dispara
El riesgo país trepó este martes a 996 puntos y amenaza con superar la barrera psicológica de los 1.000. La reacción del mercado llegó tras la confirmación de que el Tesoro utilizó USD 350 millones del Banco Central para sostener el tipo de cambio, un movimiento que viola el espíritu del acuerdo con el FMI, orientado a acumular y no a vender reservas.
Un giro que tensiona el acuerdo con el FMI
El secretario de Finanzas, Pablo Quirno, blanqueó la estrategia: “El Tesoro participará en el mercado libre de cambios para contribuir a su liquidez y normal funcionamiento”. La decisión implica dejar de comprar dólares dentro de la banda para comenzar a venderlos, un cambio interpretado como una señal de debilidad financiera.
Melconian: "El cepo puede volver"
El economista Carlos Melconian advirtió que el gobierno deberá “rectificar el régimen cambiario” y anticipó un eventual regreso del cepo después de las elecciones de octubre. En una entrevista, remarcó que “Argentina no estaba en condiciones de abrir el cepo a personas humanas” y que la medida disparó una dolarización creciente en viajes, tarjetas y ahorros.
Reservas en caída libre
El Banco Central confirmó que en lo que va del año se esfumaron USD 14.000 millones, una cifra superior a los desembolsos recibidos del FMI. “Prometen dólares que no tienen, venden los pocos que quedan y después se quejan de que suba”, ironizó un operador del mercado. El Tesoro, además, apenas acumuló USD 1.700 millones con el superávit y ya los utilizó para intervenir.
Un calendario impagable
Los vencimientos inmediatos suman USD 3.400 millones antes de fin de año y un pago clave de USD 4.000 millones en enero. Para 2026, las obligaciones superan los USD 19.000 millones, entre compromisos con el FMI, otros organismos multilaterales y bonos. En Wall Street, gestores de fondos reconocen en voz baja que la palabra “reestructuración” ya circula en el mercado.
Confianza en jaque
El traspié del Bonte en dólares, con el que se esperaba levantar USD 7.000 millones y apenas ingresaron menos de USD 1.000, refuerza la percepción de fragilidad. La pregunta que flota es evidente: ¿cómo pagará el Gobierno los próximos vencimientos si continúa quemando reservas en lugar de acumularlas?